Un día del diciembre pasado nos invitaron a una reunión muy particular en la cual habría un intercambio de regalos, pero tenía que ser algo original, así que decidí llevar a estas dos ranitas que le quitaron automáticamente una sonrisa a la persona que se los gano.
Fue una excelente tarde, y espero que Ustedes también las disfruten pues su objetivo era: ser portadores de buena suerte.
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